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Sintiéndome como Forrest …

5 septiembre, 2011

En la lista de temas que tenía para escribir no estaba este pero ayer mientras corría de repente me sentí un poco como Forrest Gump y me dió por pensar en esto. Para quien no haya visto la película (que tiene quince años y fue protagonizaba por Tom Hanks) decir que es la historia de un niño especial (que algunos, en su ignorancia, se limitan a definir como «retrasado») que, por determinadas circunstancias interviene en los principales sucesos de su época en su país (los EEUU entre los años 50 y los 90).

Bueno, el caso es que ayer corriendo empecé a comprender varias cosas. El hecho de correr tiene en la película (y en la vida) mucha simbología. Para empezar el del autoconocimiento:  se puede pensar, estás en silencio y solo contigo mismo (cosa que normalmente nos cuesta conseguir). Está demostrado científicamente que hacer ejercicio mejora la salud y alarga la vida. Entiendo que hasta aquí de acuerdo. Pero es menos conocido que también “produce un aumento de la generación de neuronas en las áreas cerebrales que son necesarias para llevar a cabo nuevos aprendizajes” (1). Esta generación de neuronas se produce en un área llamada hipocampo que es clave para el dominio de las reacciones de pánico y de ira. Es decir, que además de facilitar el aprendizaje también nos permite controlar mejor determinadas emociones nocivas (para no «saltar a la mínima”). En el caso de Forrest este autoconocimiento alcanza, a mi entender, un nivel elevado porque llega a ser consciente de sus carencias fundamentales (“hasta yo se …”, como diciendo: hasta yo, que dicen que soy tonto, se eso…). Esa doble capacidad de humildad y aceptación de lo que no puede ser cambiado me parece admirable (… ojalá sea yo capaz de conseguirlo algún día; al teniente Dan la aceptación le cuesta muchos, muchos años). En esta capacidad podría estar la clave de la vida de Forrest (¿y de la nuestra?). Y en la actitud que toma frente a la vida: con generosidad, sin esperar nada a cambio, sin maldad.

La película habla de otras muchas cosas importantes: de la amistad (mi “muy mejor amigo” Buba (Pin) o el teniente Dan), del amor materno con su también gran capacidad de aceptación y, a la vez, de enfrentarse a las creencias establecidas (el coeficiente intelectual hoy ya no es indicador de la capacidad de salir adelante en la vida (2), pero en aquella época era incontestable). La madre de Forrest, sin importarle lo que diga el resto (sociedad, escuela, «expertos»,..), lo educa como un niño normal y le enseña conceptos fundamentales de la vida (“tonto es el que hace tonterias” y “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te puede tocar”). Para ser justos (y satisfacer a la parte crítica de la audiencia :-)), la película, también tiene algunos momentos “jolivud” un poco deleznables, pero bueno, … es que, a veces, no lo pueden evitar.

¿Para qué corre Forrest?. Hay un momento en el que se pone a correr y lo hace durante miles de kilómetros (parando solo a dormir). Lo hace para pensar en la vida y, sobre todo, en el amor (en la ausencia de la persona amada; aquí me identifico también con Forrest :-(). Y mientras lo hace, empieza a disfrutar del viaje, de los sitios por lo que pasa, de las puestas de sol en el desierto, del mar, de las praderas,… Cosas de las que aprende y que recordará toda su vida y que, años después, contará a su mujer y a su hijo. En esos momentos, nos habla también de superación: “ya que he llegado hasta aquí” (piensa cuando se topa con el mar), seguro que puedo volver. Y puede.  Y podemos, aunque nos parezca imposible. Nuestros límites están principalmente en nuestra cabeza, en nuestras creencias (3). En mi caso, estaba también disfrutando del momento y pensé, “pues ya que llevo diez kilómetros, seguro que puedo correr quince”. Y así fue .

Bueno, ya veis lo que da de si “echar una carrerita”.  Hala, a hacer deporte :-).

MÁS INFORMACIÓN:

(1)     En el libro del Dr. Mario Alonso Puig: “Reinventarse”. Libro muy interesante y ameno cuya lectura recomiendo. Aquí entrevista al autor en Buenafuente.

(2)     Para más información leer el libro “Inteligencia Emocional” de Daniel Coleman.

(3)     En la misma obra de Mario Alonso (Resumen final del capítulo 2): “Debajo de muchos de sus miedos más profundos, no existe una incapacidad real para enfrentarse a ellos, sino la convicción de que usted es incapaz”.

10 comentarios leave one →
  1. Rosa Herreras permalink
    7 septiembre, 2011 12:29 PM

    Hola Andres, me ha gustado lo que has escrito sobre Forrest gump me da una nueva visión de la peli. Hasta ahora era de la corriente critica con las películas yankis en las que hay demasiados heroes. Con lo de correr no sé si lo has leido, sino te lo recomiento, el libro de Murakami «De que hablo cuando hablo de correr» el encuentro con uno mismo, el silencio o la música dependiendo del momento… el tiempo para pensar, reflexionar, dudar y avanzar. Suerte en tu nueva etapa. La verdad es que es un reto admirable e ilusionante, seguro que una experiencia única y enriquecedora. Besos Rosi

  2. 7 septiembre, 2011 9:35 PM

    Hola Rosi,
    Gracias por el comentario. No conocía el libro pero ya estoy en ello (para quien le interese se puede descargar en: http://www.mediafire.com/?h0kt89g5nt4ogr4).
    Seguimos en contacto y nos vemos en diciembre. Un abrazo,
    Andrés

  3. pedro loidi lantarón permalink
    9 septiembre, 2011 6:11 PM

    Pin…no puedo ser objetivo.BESOS y hasta pronto.

  4. 10 septiembre, 2011 4:41 AM

    Muy bonito y cariñoso el post. (Ojo, que esto no es un comentario «espamero»)

  5. Jose Mauel (tato) permalink
    11 septiembre, 2011 4:54 PM

    Cuando voy correr sobre todo esas mañanas en las que hace bueno y me encuentro bien tambien suelo decir lo de voy hacer la de Forres “ya que he llegado hasta aquí voy hasta alli». Una cosa que me gusta hacer para disfrutar un poco más del momento es un ejercicio de PNL y es atraer la atención de la mente al «aqui y ahora» centrandome en los 5 sentidos lo que veo, oigo, gusto, huelo y siento, un bonito ejercicio tanto para correr como para cualquier otro momento te hace más consciente de lo que estas viviendo y de lo que tienes alrededor.
    Saludos tato.

    • 11 septiembre, 2011 6:19 PM

      Pues hoy mismo lo pruebo. La verdad es que inconscientemente o como parte del «disfrutar del viaje» ya había intentado estar más atento a lo que me rodea pero el centro de atención suele estar más en la vista (igual por ser el sentido más desarrollado que tenemos) y en el tacto (por tratarse de una actividad en la que vas muy pendiente de las sensaciones físicas). Hoy voy a intentar centrarme en oido y olfato :-). Gracias Tato.

      • 12 septiembre, 2011 11:13 PM

        Más sonidos que olores.

        Olores: a humo, a pasta (de una fábrica de macarrones que hay al lado del parque), a hierba, a combustible, a las flores de un arbol, a aire fresco,…

        Sonidos: agua corriendo, croar de ranas, ladridos de perros, graznidos de pájaros (de nombre para mi desconocido), silbido de las chimeneas de la fábrica, coches, una bicicleta (le suena la cadena), un camión y un autobús, una bombilla que zumba, mis suelas chirriando sobre la hierba húmeda,…

  6. Tomás permalink
    3 octubre, 2011 7:18 PM

    Andrés , una persona que deja el hogar y se va a miles de kilómetros o es tonto (tonto es el que hace tonterías) o cumple una promesa (Forrest la cumple con Bubba y en el empeño arrastra a la ilusión a más personas). Espero sea tu caso.

    La peli de F.G. espero que te enseñe más cosas que el autodescubrimiento, es la historia de nosotros en la historia, no solo de nosotros, de todo lo que nos rodea como sentimientos, valor, honor, tenacidad, … seguro que en Paraná te hace falta todo eso! Vuélcalo en los que te rodean, lo demás no importa. Somos polvo…

    Espero que te llegue el momento clave. A ver si lloras con la escena en la que Jenny le muestra al pequeño Forrest. Aquí la peli nos da el mensaje supremo. A buen seguro lo entenderás llegado el momento, a mí me ha tardado 43,5 años en llegar.

    En la doctrina «arizmendiarrietana» no hay mucha distancia entre la izquierda más escorada y el cristianismo social, ja, ja ¿dónde postulas? todo se da la vuelta sin querer.

    Suerte, amigo!!!

    • 9 octubre, 2011 7:44 PM

      Hola Tomás,
      Lo primero gracias por tu aportación y lo segundo perdona por la demora en la respuesta. Bueno, supongo que entre lo de tonto y la promesa el tema no está aún claro :-).
      Entiendo que, como Forrest, habrá que fluir y disfrutar del viaje… lo demás vendrá por añadidura.
      Efectivamente, creo que me va a hacer falta todo eso que comentas (incluida la suerte).
      Ah!, y si, … lloré con esa escena (y con alguna otra :-)).
      Un abrazo.

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